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ver más: Así se vive en el pueblo más frío de España: a dos horas de Madrid y con una temperatura récord de 28 grados bajo cero
PUEBLOS
Un lugar donde el frío extremo define cada rincón, transformando el paisaje y la vida cotidiana

A tan solo dos horas de Madrid existe un lugar donde el frío no es simplemente un invitado invernal, es casi un habitante permanente. Las temperaturas caen a niveles que desafían los termómetros, con registros históricos que han rozado casi lo imposible, y el frío no solo figura el paisaje, también la vida cotidiana de sus paisanos. Este pequeño pueblo, conocido por ser uno de los más gélidos del país, guarda récords y mucho encanto en medio de un clima extremo que lo convierte en un auténtico fenómeno.

Se trata de Molina de Aragón, situado en el corazón de la provincia de Guadalajara y enclavado en el corazón del Señorío de Molina. La altitud de la zona, situada a más de 1.000 metros sobre el nivel del mar, y su localización en una meseta rodeada de sierras contribuyen a crear un microclima. Esto le ha valido el sobre nombre de “la Siberia española” para muchos.
El clima de este pueblo no solo se caracteriza por ser fío, también por ser seco, una característica que comparte con las zonas del inferior de España. Este invierno seco intensifica la situación térmica y lo convierte en un lugar verdaderamente desafiante durante los meses de diciembre, enero y febrero. Sin embargo, esta climatología particular le otorga un encanto especial, sobre todo en invierno, cuando la nieve cubre el castillo medieval y sus paisajes se cubren de un manto blanco.
Temperaturas extremas
Molina de Aragón ha sido escenario de temperaturas extremas que reflejan su fama de frío intenso. La temperatura más baja registrada en el municipio ha sido de -28,2 °C, alcanzado en enero de 1952, una de las cifras más gélidas de España. En contraste, también se han registrado temperaturas máximas de hasta 38,8 °C, como ocurrió en julio de 2019.
La vida cotidiana de los habitantes de Molina de Aragón sigue su curso y se adapta año a año los cambios de temperatura y, como consecuencia, al cambio climático. Acostumbrados a convivir con inviernos largos y helados, han desarrollado una relación única con el frío. Desde calles cubiertas de escarcha hasta chimeneas humeantes que no descansan, el día a día en este pueblo combina tradición y, en parte, superviviencia.

Consejos para combatir el frío en casa
1
Aislamiento térmico en casa: comprueba que tus puertas y ventanas estén bien selladas y usa burletes o alfombras en los marcos de las puertas.
2
Calefacción eficiente: regula la temperatura entre 19 y 21 ºC para mantener un ambiente cálido.
3
Aprovecha la luz solar: durante el día abre las cortinas para dejar entrar la luz del sol.
4
Copa extra para el suelo: usa alfombras gruesas, no solo decorativas, para aislar el frío que sube del suelo.
Pero más allá de los datos meteorológicos, Molina de Aragón es un testimonio vivo de cómo las personas se adaptan a entornos complicados. Sus calles medievales, envueltas de escarcha durante gran parte del año, y su castillo medieval, son escenarios de una vida marcada por el frío y la tradición. En este pueblo, la temperatura no solo se soporta, se convierte en parte del día a día.