Ruido en la ciudad: un enemigo invisible para la salud y la convivencia
El problema no solo impacta a quienes buscan descanso, sino también a personas que trabajan desde casa o requieren espacios de concentración

Por:
05.03.2025 – 09:00Actualizado: 05.03.2025 – 09:00
ReadSpeakerCompartir por WhatsAppCompartir por TwitterCompartir por FacebookCompartir por Linkedin
Vivir en la ciudad significa adaptarse a su ritmo, pero cuando el ruido invade cada espacio, la convivencia se ve afectada. La contaminación sonora no es solo una incomodidad, sino un problema real con consecuencias en la salud, el descanso y la calidad de vida. Estudios han demostrado que la exposición prolongada a altos niveles de ruido puede provocar estrés, insomnio y afectar el rendimiento laboral.
El tráfico, la construcción y el comercio generan un estruendo constante. En zonas residenciales, la música a alto volumen, las reuniones y el bullicio de la vida cotidiana son fuentes recurrentes de conflicto. Aquí es donde surge el reto: encontrar un equilibrio entre el derecho al esparcimiento y el respeto a la tranquilidad.
Te puede interesar
EconoHábitat¿Cómo formalizar la administración de condominios? Digitalización de pagos, el primer paso
El problema no solo impacta a quienes buscan descanso, sino también a personas que trabajan desde casa o requieren espacios de concentración. Para muchas familias, el ruido se ha convertido en un detonante de estrés, afectando su bienestar y calidad de vida.
Regulaciones con desafíos pendientes
Las normativas ambientales establecen límites de decibeles y sanciones para quienes los excedan. La Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial (PAOT) recibe denuncias y puede imponer multas. Sin embargo, su aplicación es un desafío.
Para que una infracción sea sancionada, debe ser detectada en el momento exacto, lo que dificulta su control. Además, el ruido suele percibirse como un problema menor frente a otras preocupaciones urbanas, lo que lo deja fuera de la agenda prioritaria.
Existen esfuerzos por concientizar a la población sobre la importancia de reducir la contaminación acústica, pero aún falta voluntad política para reforzar su regulación. La fiscalización limitada y la falta de recursos dificultan la implementación de medidas efectivas.
Tecnología para una mejor convivencia
Las herramientas digitales han revolucionado la administración de edificios y la gestión del ruido. H