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Menton, la ciudad provenzal que se disfraza con limones
Un lugar con encanto
En febrero, la villa celebra una fiesta temática en honor a esta fruta, este año dedicada a la conquista del espacio
Sergi Ramis
02/12/2024 07:00
Asentada prácticamente sobre la frontera franco-italiana, la villa de Menton no engaña. Solo hay que mirar su fachada litoral desde la playa y el aspecto mediterráneo es inequívoco. Las casas se escalonan siguiendo la ladera, pintadas de colores pastel en todos los tonos cálidos imaginables. Es muy parecida a la arquitectura de la cercana Cinque Terre, territorio ligur al otro lado de la línea de demarcación.
Menton tiene uno de los climas más benévolos de Francia. De ahí la profusión de jardines públicos y el cultivo de cítricos. Solo en este término, encajado entre Niza, Mónaco y el mar, se producen limones en el Hexágono. Unos frutos con características propias, de un amarillo más brillante de lo normal, de buen tamaño sin llegar a la exageración sorrentina, cargados de aceites esenciales y con menos azúcar de lo habitual, lo que les proporciona una acidez picante.
El limón es tan icónico para Menton que todos los inviernos, en el mes de febrero, se celebra una fiesta dedicada a ese fruto. Entonces la villa muta y pasa a tener un aspecto de lego redondeado, pues diferentes espacios de la ciudad se llenan con alfombras, guirnaldas e incluso esculturas de gran tamaño –que llegan a reproducir campanarios de iglesia, coches, trenes, animales salvajes, templos, dioses, castillos, héroes deportivos…-. De hecho, en los últimos años la fiesta tiene carácter temático. La de 2025 (del 15 de febrero al 2 de marzo) estará
La Fiesta del Limón de Menton queda a la libre imaginación de los creadores de esculturas, pero por término medio llegan a emplearse 140 toneladas de fruta, con una longitud de guirnaldas que supera los 8 kilómetros.
Menton se halla a medio camino entre Ventimiglia (Italia) y el Principado de Mónaco, y a tan solo 29 kilómetros de Niza
La celebración se acerca a su primer siglo de vida. Comenzó a celebrarse en 1928 con una exposición en los jardines de un hotel y se institucionalizó en 1934. Al año siguiente tuvo lugar el primer desfile de piezas elaboradas con esta fruta que cuenta con la protección de Indicación Geográfica Protegida y se exporta a varios puntos del planeta por lo menos desde el siglo XVI.
El habitual ambiente soleado hace brillar las esculturas de cítricos durante el día. Pero también el ambiente nocturno resulta sugerente cuando los focos se encienden en los jardines de Biovès y los curiosos pueden pasear entre ellas.
Fruto de ese clima benévolo, pero también de la pasión de los provenzales por los jardines, Menton cuenta con hasta media docena de ellos, abiertos a las visitas públicas. Además de Biovès –donde desde 1934 tiene lugar la exposición de esculturas de cítricos–, el viajero puede disfrutar del jardín de Cítricos del palacio Carnolès, con la mayor variedad de esos frutos de Europa (137); Val Rahmeh, con plantas exóticas y comestibles entre las que se cuentan ejemplares de toromiro, un árbol originario de Pascua, pero que ahora está extinta en su isla; el jardín botánico de la Serre de la Madone, siete hectáreas con especies procedentes de África y que tiene en la selección del género Mahonia (70 especies) su gran apuesta; Villa María Serena, con dragos canarios y palos borrachos sudamericanos; o Fontana Rosa, creada por el escritor valenciano Vicente Blasco Ibáñez en sus largas estancias en la villa a principios del siglo XX. Destacan las palmeras, las higueras y las araucarias.
Por cierto, que Blasco Ibáñez no fue el único intelectual adepto a Menton. También Jean Cocteau –que cuenta con su propio museo en la ciudad–, el geógrafo Élisée Reclus o la escritora británica Lesley Blanch se enamoraron de la ciudad de los limones.
Además de los aficionados a la botánica, Menton atrae a quienes desean ver monumentos como las iglesias de la Inmaculada, de san Miguel, la ortodoxa rusa o la dedicada a San Juan Bautista, que en diferentes momentos de la historia han sido refugio de miembros de la realeza europea.
Menton se halla a medio camino entre Ventimiglia (Italia) y el Principado de Mónaco, y a tan solo 29 kilómetros de Niza. Tiene estación de ferrocarril, lo que facilita la llegada, aunque también puede usarse la siempre congestionada autopista A-8 en vehículo privado.