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El insólito parque de esculturas que protege a los pescadores de un pueblo coreano
Mundo insólito
Las esculturas en forma de falo humano, un conjuro contra los temporales marinos, del parque Haesindang son visitadas con total naturalidad por familias locales

Al entrar en Haesindang, nada hace pensar al viajero que se encontrará con algo diferente a los muchísimos y cuidados parques de Corea del Sur. Sin embargo, tan pronto como comienza el paseo por el camino de gravilla sombreado por un bosque de pinos, descubre que se halla ante una exposición obsesiva de estatuas con forma de falo humano.
Las esculturas con aspecto de pene se cuentan por docenas, desparramadas por toda la ladera, aunque de forma ordenada. Las hay de madera, mármol, metal… Aunque es inevitable pensar que tengan una connotación sexual, solo hay que leer el panel que informa de que se trata de un conjuro contra los temporales marinos.
Dos veces al año, se erigen un par de estatuas que engrosan la colección, para que la buena fortuna prosiga
La leyenda explica que los jóvenes Deokbae y Aerong se prometieron y, pocos días después, una gran ola arrastró a la joven, haciéndola desaparecer en el océano Pacífico. A partir de ese momento las tormentas no dejaron de sucederse, y los pescadores de la localidad de Sinnam no pillaban ni un pez en sus redes. Hasta que algunos de ellos decidieron orinar de cara al mar –nadie aclara por qué se les ocurrió que tamaña medida tendría efectos calmantes en el mar–, lo que apaciguó las aguas y a partir de entonces volvió la suerte a la actividad pesquera.
Ahora, dos veces al año, se erigen un par de estatuas con forma de pene encarados al mar, para que la buena fortuna prosiga. Ello engrosa la colección. Además, multitud de escultores del país –y algunos extranjeros– se han unido a la iniciativa. El resultado es que la ladera de Sinnam está repleta de estas esculturas que adoptan desde formas caricaturescas a totémicas. Incluso hay un apartado con los doce signos del zodíaco chino resguardados en el interior de un pene.

El Ayuntamiento se ha unido a la iniciativa, de manera que incluso los bancos instalados para que los visitantes descansen tienen forma de genitales humanos, lo que proporciona un material bastante chocante para las selfis. Sin embargo, los coreanos se pasean en familia por el parque Haesindang con total naturalidad, indicando incluso a los más pequeños de la casa los falos más estrepitosamente grandes (como el que tiene forma de cañón), los retorcidos (que aparentan columnas salomónicas), los alucinógenos (que surgen del interior de una amapola) o los “descuidados” (la escultura de un joven musculoso al que el miembro se le escapa por el lateral del calzoncillo).
A medio camino del itinerario hay una estatua dedicada a la joven Aerang, cuya desaparición originó todo el problema. Y si se mira por los prismáticos gratuitos instalados a tal efecto, se puede ver en los escollos más cercanos al acantilado otra representación de la doncella que las olas engulleron. También hay tres explícitas estatuas que muestran a los pescadores en el momento de la micción salvadora.

El recorrido es descendente, y antes de desembocar en el puerto se llega al Museo del Folklore Pesquero, donde en una interesante exposición se recogen los rituales chamánicos que todavía hoy tienen lugares en algunos lugares de Corea del Sur para apaciguar a la diosa del mar. Además, hay una buena exposición sobre cómo otras culturas del mundo utilizan también representaciones de genitales masculinos para conjurar maleficios.
Sinnam se halla a 29 kilómetros de la ciudad de Samcheok. El eficaz transporte público coreano tiene parada en la puerta del parque Haesindang, que reclama una modesta aportación por la entrada (el equivalente a 2 euros en la moneda local, el won).
Cómo llegar
Sinnam se halla a 29 kilómetros de la ciudad de Samcheok. El eficaz transporte público coreano tiene parada en la puerta del parque Haesindang, que reclama una modesta aportación por la entrada (el equivalente a 2 euros en la moneda local, el won).