1018011 El anciano rápidamente fingió pedir prestado un pañuelo para recordarle a la belleza, pero la belleza parecía muy impaciente
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Las mejores películas de acción de la historia, ordenadas de peor a mejor
‘El Fugitivo’ (Andrew Davis, 1993)
La esposa de Richard Kimble (Harrison Ford), un prestigioso médico de Chicago, ha sido asesinada. Las pruebas se vuelven en su contra, por lo que es condenado a prisión. Kimble es inocente, y sabe que el único medio que tiene para demostrarlo es encontrar él mismo al auténtico asesino. En el traslado al penal, el autobús sufre un accidente, circustancia que aprovecha para huir.
‘El agente 007 contra el Dr. No’ (Terence Young, 1962)
Archivo Fotogramas
En Jamaica, el pérfido Dr. No (un achinado Joseph Wiseman) se dedica a asesinar agentes secretos británicos y de la CIA, mientras sueña con boicotear los cohetes de Cabo Cañaveral y dominar el mundo. 007 (Sean Connery), Felix Leiter (Jack Lord) y una buscadora de conchas (Ursula Andress, ¿la mejor chica Bond?) le harán frente.
‘Bullitt’ (Peter Yates, 1968)
Sunset Boulevard//Getty Images
El detective Bullit (Steve McQueen) tiene que proteger a un falso Johnny Ross, que suplanta la identidad de un testigo protegido.
‘Bullitt’, que será objeto de un remake por parte de Steven Spielberg próximamente, contiene sin duda una de las mejores persecuciones de la historia.
‘El caso Bourne’ (Doug Liman, 2002)
Universal
Junto con ‘El mito de Bourne’ y ‘El ultimátum de Bourne’, constituye las bases que la acción cinematográfica occidental debió seguir en los complicados 2000. Otro JB supo entender el camino aunque tras algunos capítulos, como le ocurrió a este desmemoriado agente, perdiese el norte. La carrera de Matt Damon tomó un nuevo camino con el inicio de esta saga.
‘Dos buenos tipos’ (Shane Black, 2016)
Silver Pictures
Comedia, neo-noir, buddy movie… Esta cinta de acción tuvo más etiquetas que espectadores. Una pena, Black nos transporta al lisérgico Los Ángeles de los 70 para descubrir un crimen, o varios, de la mano de unos entregados Russell Crowe y Ryan Gosling. Es una de las mejores películas de Ryan Gosling.