1018034 Hace 10 años, un hombre le salvó la vida a un pequeño mendigo con un pan de maíz, Sin embargo, los hombres nunca imaginaron
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Las mejores películas de acción de la historia
‘El caballero oscuro’ (2008)
La primera y la tercera entrega del lucrativo reinicio de Batman de Christopher Nolan son, como gran parte de la obra del director, excesivamente portentosas, exigiendo que el público se trague el concepto de un aristócrata con delineador de ojos que lucha contra el crimen con voz de porno crecido. Sin embargo, en medio de todo ello se encuentra este thriller conspirativo casi impecable, que presenta al mejor villano de la pantalla desde que Darth Vader exhaló su último aliento.
El anuncio del casting de Heath Ledger como el Joker fue motivo de gran controversia y debate, pero los resultados hablan por sí solos: Se trata de un huracán de interpretación, tan desconcertante como hermoso de ver: la aparición de un talento descomunal. En lugar de dejarse encorsetar por el estilo de dirección de reloj suizo de Nolan, Ledger lo subvierte a cada paso, arremetiendo contra la prisión de la precisión de las películas de acción del mismo modo que su desquiciado personaje golpea los muros de la conformidad moral. El resultado es algo muy poco frecuente en la era de las superproducciones: auténtica imprevisibilidad.
‘Doce del patíbulo’ (1967)
No todos los rincones de Londres estaban de moda en 1967. En los estudios suburbanos de Borehamwood y sus alrededores, una banda de rudos matones de Hollywood se dedicaba a crear una película que se oponía directamente al sueño hippie y a casi todo lo demás. Brutal, sanguinaria y beligerante (con una brújula moral deformada), es una de las películas más desagradables jamás estrenadas por un gran estudio. También es, por supuesto, un bombazo absoluto, ya que Lee Marvin recluta a 12 presos condenados a muerte para una misión suicida en la Segunda Guerra Mundial detrás de las líneas enemigas. La mayor parte de la película se pasa frunciendo el ceño, gritando y trepando por las cuerdas en el patio de entrenamiento, pero cuando llega el gran final, es todo lo que uno esperaba que fuera.