MIRA LA RESEÑA DE LA PELÍCULA DEL PRÓXIMO EPISODIO

Diamantes, curvas y figuras geométricas destacan en esta casa de Toronto

La Casa Neville Park, diseñada por el estudio local Reigo and Bauer, está situada en un estrecho solar en el East End de Toronto.

Casa Neville ParkDoublespace Photography

Vicent Selva (Colaborador de idealista news)

3 Enero 2025, 6:00

La interacción entre formas geométricas inusuales, materiales tradicionales y acabados minimalistas genera una narrativa y tensión visuales con grandes contrastes en las fachadas. Por un lado, podemos encontrar elementos rectilíneos formando rombos u otras figuras y, en el mismo espacio, arcos y dinteles que contrasten con ellos. Un buen ejemplo se observa en la casa Neville Park, en Toronto, donde un revestimiento en forma de diamante logra equilibrar el minimalismo con la ornamentación de manera sutil pero poderosa.

Diamantes en la fachada

La Casa Neville Park, diseñada por el estudio local Reigo and Bauer, está situada en un estrecho solar en el East End de Toronto. Este proyecto residencial de tres niveles responde a las necesidades de una familia que busca un espacio moderno y funcional. El estudio se encargó de crear una vivienda que combinara confort con un estilo contemporáneo, adaptándose a las particularidades del terreno, el cual desciende hacia la parte trasera del solar, donde se encuentra una densa vegetación.

La estructura de la casa destaca por su perfil alto y un tejado pronunciado diseñado por razones estéticas y prácticas. Según el estudio, “la inclinación del techo fue pensada para maximizar el volumen interno y ofrecer espacios amplios y cómodos en los dormitorios del segundo piso sin exceder los límites establecidos por la zonificación local”. Este diseño, que permite apilar las plantas en dirección opuesta, crea una sensación de mayor amplitud dentro de las habitaciones, a la vez que optimiza el espacio vertical.

Una de las características más notables de la fachada es el revestimiento en forma de diamante, utilizado en los paneles de fibrocemento que cubren la mayor parte del exterior de la casa. Estos paneles grises tienen un aspecto similar al de las escamas, lo que refuerza la geometría angular de la estructura. Su elección no es casual; se optó por un material tradicionalmente utilizado en techos, pero con una aplicación moderna que le da un carácter decorativo al mismo tiempo que mantiene un enfoque minimalista.

Así, según el estudio, “las pizarras ofrecían un excelente rendimiento técnico, al tiempo que representaban un tipo de revestimiento de tejado muy tradicional”. Esta “tranquila tensión de contraste” que mencionan se debe al equilibrio entre el carácter decorativo de los paneles y su función práctica, que no altera la sencillez general del diseño.

Interiores curvos y angulosos

El interior de la Casa Neville Park refleja la misma armonía de formas y materiales que se aprecia en el exterior. Los ángulos agudos de la fachada se traducen en techos curvos y facetados dentro del espacio, creando una continuidad visual entre el interior y el exterior. El comedor abierto a la calle, tiene ventanas que sobresalen del techo, creando un efecto dinámico. Este mismo plano del techo se extiende hasta la cocina y el salón, generando una sensación de fluidez espacial y reforzando la inclinación visual del diseño.

La cocina, situada entre el comedor y el salón, actúa como un espacio de transición entre ambos ambientes. Así, se aprovechó la luz natural al integrar una serie de aberturas ovaladas en la pared de color verde que separa la cocina de la escalera. En el salón, el mobiliario introduce un contraste de color, destacando un sofá azul oscuro que ofrece un punto focal de intensidad cromática frente a la neutralidad general del espacio.

En la planta superior, los techos inclinados y las claraboyas añaden una capa adicional de luz natural a los pasillos, donde el diseño abierto y las vistas hacia el vacío en el techo del comedor refuerzan la sensación de amplitud. Este vacío, que se va abriendo gradualmente hacia la escalera, crea un espacio de doble altura que potencia la entrada de luz desde las claraboyas, lo que aumenta la luminosidad en los pasillos superiores.

Los dormitorios de la segunda planta están organizados de acuerdo con el perfil inclinado del tejado. Las habitaciones, compactas pero funcionales, se apilan dentro de este espacio estrecho, con ventanas que aprovechan la vista hacia la calle o hacia el jardín trasero. En particular, una de las habitaciones infantiles se encuentra directamente bajo la pendiente principal del techo, lo que contribuye a un ambiente acogedor y ligeramente elevado.