MIRA LA RESEÑA DE LA PELÍCULA DEL PRÓXIMO EPISODIO
Una vivienda de estuco pintado de rosa con vistas al mar en el Yucatán (México)
Casa de Playa San Bruno es un proyecto de Reyes Ríos + Larraín Arquitectos. Está formada por tres edificios y destaca por su color, su ubicación y el uso de materiales locales

Casa de Playa San BrunoEdmund Sumner

Vicent Selva (Colaborador de idealista news)
2 Diciembre 2024, 6:01
En los entornos costeros es habitual encontrar casas tradicionales y también modernas con fachadas de colores que ofrecen un impactante efecto estético. Pero más allá de esa función ornamental, también cumple una parte práctica. Las tonalidades cálidas como el rosa o el blanco no solo reflejan la luz, ayudando a mantener los interiores frescos, sino que además se integran con el entorno natural y cultural.
En lugares como la Península de Yucatán, en México, estos colores evocan tradiciones locales y contribuyen a la protección frente a las duras condiciones climáticas del litoral. Un ejemplo destacado de este estilo es la Casa de Playa San Bruno, donde el uso de estuco rosa define tanto la identidad como la resistencia de la construcción.

Tres pabellones independientesEdmund Sumner
Tres volúmenes que miran al paisaje
La Casa de Playa San Bruno se ubica a lo largo de un terreno estrecho en Dzemul, bajo diseño de Reyes Ríos + Larraín Arquitectos en el que han priorizado la interacción con el entorno natural. La residencia se organiza en tres pabellones independientes conectados mediante caminos y puentes elevados que abarcan 700 m2 en un terreno de 1.460 m2, que cuenta con tan solo 10 metros de ancho.

PérgolaEdmund Sumner
Según el estudio de arquitectura, la construcción en tres pabellones “no sólo permite que la brisa fluya libremente a lo largo del recinto, sino que también hace posible maximizar y experimentar las vistas al mar en el frente de la propiedad, así como a la laguna en la parte trasera de múltiples maneras”. Así, los volúmenes, dispuestos de manera asimétrica, permiten una ventilación cruzada y esas vistas libres tanto hacia el océano como hacia la laguna. La pérgola en la azotea del edificio destinado a comedor, refuerza esa conexión con el paisaje.

Orientación de aberturasEdmund Sumner
Los edificios están elevados sobre pilotes de hormigón para minimizar el impacto ambiental. Además, el diseño considera las condiciones climáticas extremas, integrando ventanas híbridas de vidrio y lamas de aluminio que permiten ajustar la entrada de aire y luz según las necesidades. “Todas las aberturas de las fachadas se orientaron cuidadosamente para maximizar la ganancia de brisa y minimizar la ganancia de sol directo”, destaca el estudio.
Materiales locales adaptados al clima
El uso de materiales locales es un elemento clave en la Casa de Playa San Bruno. Las paredes interiores y exteriores están revestidas con estuco pigmentado en rosa, una solución que no solo aporta un acabado distintivo, sino que también reduce el mantenimiento necesario frente a las condiciones climáticas del lugar. Este mortero especial, fabricado por Cemex, elimina la necesidad de repintar, haciendo de esta elección una solución estética y práctica a largo plazo.

Estuco rosaEdmund Sumner
La paleta de materiales incluye bambú, piedra caliza y maderas duras subtropicales, seleccionados tanto por su disponibilidad en la región como por su resistencia a la humedad, el calor y los vientos fuertes. Por tanto, “el diseño equilibra los recursos locales con un buen rendimiento frente a las fuertes condiciones climáticas locales, en contraste con los industriales que garantizarán que los edificios duren décadas”, explicaron los arquitectos.
El diseño también refleja un compromiso con la sostenibilidad. Los espacios están pensados para aprovechar la ventilación natural, reduciendo la necesidad de sistemas de climatización. Este enfoque no solo protege a los residentes de las condiciones extremas, sino que también minimiza el impacto ambiental de la construcción.
Bambú, piedra caliza y maderaEdmund Sumner
Volúmenes de manera asimétricaEdmund Sumner