El BMW M5 siempre ha sido sinónimo de potencia y prestaciones. Pero, ¿cómo se comparan las diferentes generaciones de esta berlina deportiva en una carrera de aceleración? Enfrentamos al nuevo híbrido BMW M5 G90, a su predecesor, el BMW M5 F90 no híbrido, y al antecesor de este, el BMW M5 F10 de tracción trasera. ¿Será el peso de las baterías del G90 una desventaja significativa? ¿O la potencia combinada del motor eléctrico y de combustión le dará la victoria? Veamos qué sucede.
El BMW M5 G90, con su motor V8 biturbo de 4.4L y un motor eléctrico, genera una impresionante potencia de 727 caballos de fuerza y 1000 Nm de torque. La tracción integral, la caja automática de ocho velocidades y el control de lanzamiento contribuyen a su rendimiento, aunque su peso de 2435 kg podría ser un factor determinante.
BMW M5 G90
El BMW M5 Competition F90, también con un V8 biturbo de 4.4L, pero sin asistencia eléctrica, produce 625 caballos de fuerza y 750 Nm de torque. Con tracción integral, caja automática de ocho velocidades y control de lanzamiento, pesa 1895 kg, considerablemente menos que el G90.
BMW M5 F90
Finalmente, el BMW M5 F10, con su V8 biturbo de 4.4L, genera 575 caballos de fuerza y 680 Nm de torque. A diferencia de sus sucesores, es de tracción trasera y cuenta con una caja automática de siete velocidades y doble embrague con control de lanzamiento. Su peso es de 1870 kg, el más ligero de los tres.
BMW M5 F10
La relación peso-potencia es un factor crucial en el rendimiento de un vehículo. Mientras que el F90 mejoró significativamente la relación peso-potencia del F10, el G90, a pesar de su mayor potencia, la empeora debido al peso añadido del sistema híbrido. Sin embargo, la entrega de potencia instantánea del motor eléctrico podría compensar esta desventaja.
La prueba de sonido revela una clara diferencia entre las generaciones. El G90, sin limitador de revoluciones, ofrece un sonido más potente y deportivo que el F90. Esto podría indicar una ventaja en la carrera de aceleración.
En las carreras, el F90 demostró ser sorprendentemente rápido, superando al G90 en varias ocasiones. A pesar de la potencia adicional del híbrido, el peso extra parece afectar su rendimiento. El F10, con su tracción trasera, tuvo dificultades para mantener el ritmo de sus sucesores, especialmente en la salida.
Comparación de los tres BMW M5
El G90, aunque no tan rápido como se esperaba en la aceleración desde parado, demostró su superioridad en las recuperaciones, gracias al empuje instantáneo del motor eléctrico. En una carrera desde 80 km/h, el G90 se impuso al F90, demostrando la eficiencia del sistema híbrido en situaciones de adelantamiento.
En la prueba de frenado, el G90, equipado con frenos carbo-cerámicos, se detuvo en una distancia menor que sus rivales, confirmando su superioridad en este aspecto. El peso extra, en este caso, jugó a su favor.
En definitiva, cada generación del BMW M5 ofrece un equilibrio diferente entre potencia, peso y tecnología. El G90, aunque no el más rápido en aceleración pura, destaca por su eficiencia híbrida y su potente frenada. El F90, por su parte, ofrece una excelente combinación de rendimiento y manejo. Y el F10, aunque superado por sus sucesores, sigue siendo una berlina deportiva respetable.