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León, la escapada perfecta: cultura, historia… y tapas
Ciudades
La ciudad cuenta con lugares excepcionales y dignos de visita si se está en ella para poder aprender más sobre nuestro pasado y, además, cuenta con una excelente gastronomía

Carmen Giró
Una catedral imponente, unas murallas dignas de película, un conjunto románico excepcional, unas calles repletas de bares de tapas… todo este entramado lleva el nombre compartido de León, una ciudad que merece una visita donde se puede combinar la cultura y la diversión.
León cuenta con una gran riqueza monumental y artística que permite al visitante admirar muchos hitos diferentes en un espacio muy compacto y fácil de recorrer. Los antecedentes de la ciudad se remontan a la época romana, de la que se conserva principalmente el recinto amurallado. Del románico destaca la colegiata de san Isidoro, en el gótico reina la catedral de Santa María, y del Renacimiento destaca el convento de San Marcos. Son los principales atractivos de la ciudad, además de palacios de la nobleza, iglesias, conventos y edificaciones civiles como la coqueta plaza Mayor.

La ciudad, además, es una de las paradas históricas del camino de Santiago, y ofrece al peregrino una de las principales catedrales en su ruta hasta Compostela. Todo León está impregnado del ambiente del peregrinaje, tanto en su vertiente más espiritual como en su vertiente más social.
En el casco viejo de la ciudad, el barrio Húmero acoge infinidad de tabernas y mesones repletas de tapas y raciones donde se puede degustar la cocina leonesa. Desde la cecina hasta el cordero o las verduras, pasando por la trucha. Por supuesto acompañándolas de un buen vino de León o con la llamada limonada en las fechas de Pascua, que de limón solo tiene el aroma, ya que es más bien una sangría de frutas bien cargada.
Catedral monumental

La catedral de León es, sin duda, uno de los principales atractivos de la ciudad. Un ejemplo de primer orden de la arquitectura gótica está inspirada en la catedral francesa de Reims, y tiene una planta de tres naves, que se convierten en cinco en el crucero. Es un templo monumental, elegante en su verticalidad gótica, repleto de obras de arte tanto en escultura como en pintura, elementos ornamentales y, por supuesto, las vidrieras.
Estas vidrieras coloridas y ricas en decoración ofrecen representaciones y símbolos de santos, reyes y profetas, de temas heráldicos, y de motivos vegetales propios de León, como la vid o la hoja de roble. Todo el interior es un compendio de la concepción teológica medieval del mundo, presidida por la bendición del creador. Incluso los colores predominantes de cada vidriera están pensados para que tengan un efecto diferente dependiendo del momento del día o del año que reciben la luz solar.

El templo cuenta con tres fachadas con diversas puertas, cada una de ellas dedicada a una virgen o a un santo diferentes. El claustro destaca también por su armonía, y en su interior se puede admirar las dimensiones colosales de las agujas de las torres, ya que allí descansan las que se han retirado tras su restauración. El coro gótico, el altar mayor y las diferentes capillas completan un conjunto que no puede faltar en el carnet de visitante de la ciudad.
El románico de San Isidoro
La real colegiata de San Isidoro es la otra gran joya de la ciudad. De estilo románico, aunque luego evoluciona hasta el barroco, se considera uno de los conjuntos más destacados de este estilo de toda España. Además, a lo largo de su historia albergó importantes escuelas de orfebrería y de artesanos del marfil y el azabache, entre otros.
El panteón real de San Isidoro es apodado ‘la capilla Sixtina del románico’
La portada principal destaca por su estilo arquitectónico repleto de simbología y, como la catedral, cuenta también con diversas puertas destacadas. En el interior, la nave desprende paz y armonía, presidida por un monumental retablo renacentista.
El panteón real de San Isidoro es, sin duda, uno de los monumentos más destacados de la ciudad. Apodado la “capilla Sixtina del románico”, alberga en su interior el más extenso y mejor conservado conjunto de pinturas murales románicas de Europa. Estas pinturas, que cubren paredes, bóvedas y arcos, enmarcan las tumbas reales de reyes y reinas del Reino de León, así como de infantes y condes.

El panteón real forma parte del museo de la colegiata, que ofrece también piezas importantes de arte medieval, entra las que destaca el cáliz de doña Urraca, una obra de orfebrería medieval con dos piezas de ágata romanas. Además, hay una completa colección de arquetas relicario, auténticas obras de arte datadas en diferentes siglos.
De los romanos al Renacimiento
La muralla romana, que defendía la ciudad y de la que se conservan aún muchos fragmentos, es otro de los atractivos de la ciudad. Algunas torres fueron derruidas hace años, pero afortunadamente el proceso se detuvo al ver la importancia de conservar el trazado y la perspectiva original. Actualmente, es una de las zonas más espectaculares de la ciudad, con las formas abombadas de las torres sobresaliendo de la pared defensiva.

Cerca de allí, la plaza Mayor concentra todo el encanto de las plazas con soportales, casonas y mucha historia. Allí se encuentra el edificio del antiguo consistorio y, como reflejo de los mercados medievales que se celebraban, ahora se citan los productores del campo para vender productos de proximidad.
Diversos palacetes dejan testimonio de la arquitectura palaciega del renacimiento español, como el palacio de los Guzmanes o el palacio del Conde Luna, este con orígenes medievales. En otros palacetes arriesgaron más, como en la casa Botines, encargada a Antoni Gaudí, que construyó un edificio neogótico concebido para el negocio de tejido en la planta baja y viviendas en las plantas restantes, y donde Gaudí pudo experimentar algunas de las técnicas que luego desarrollaría con más profundidad.

Un poco alejado del centro, pero en la salida natural de la ciudad, camino de Compostela, el enorme complejo conventual de San Marcos se alza imponente con su larga fachada plateresca. Admirando la fachada, la escultura de un peregrino medieval sentado mientras descansa sus pies ayuda a viajar en el tiempo hasta el momento en que este edificio era la sede principal de la Orden de caballería de Santiago para el Reino de León. Esta antigua hospedería del siglo XII para los peregrinos fue reconstruida en el siglo XVI y fue también cárcel, donde pasó cautiverio Quevedo. Actualmente, es un parador nacional.
La ruta de las tapas
Pero no solo de cultura vive el hombre y la mujer. En León se puede disfrutar de uno de los barrios más famosos de España para deambular a la búsqueda de la tapa más sabrosa y el vino con más cuerpo. El barrio Húmedo es toda una institución en la ciudad, que acude casi como en un ritual para recorrer las callejuelas medievales del casco antiguo, ahora repletas de bares, tascas, restaurantes y tabernas para todos los gustos y sabores. La plaza de San Martín es el epicentro del barrio, un lugar bohemio y divertido.
En el barrio Húmedo León se deambula a la búsqueda de la tapa más sabrosa y el vino con más cuerpo
Muy cerca, la tranquila plaza del Grano es uno de los lugares más encantadores de la ciudad, con toda la plaza empedrada, la fuente en el centro, la fachada de un convento y los árboles que dan sombra y acogen al visitante. Y es que, además de visitar los monumentos históricos y culturales, y de disfrutar con todas las actividades de ocio, uno de los placeres de León es el de perderse por sus callejuelas y descubrir pequeños rincones escondidos donde disfrutar del silencio y la contemplación.