1018025 El hombre, frente a su esposa, hace gestos ambiguos con una mujer astuta, Incluso le presentó a la intrigante chica que ella era solo una ex novia con una identidad sucia
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Las mejores películas de acción de la historia
‘Tras el corazón verde’ (1984)
Robert Zemeckis no se conforma con copiar el popular estilo de aventuras palomiteras de ‘En busca del arca perdida’, sino que se inspira en otro clásico de Hollywood, la screwball comedy, para esta simpática aventura sudamericana. Kathleen Turner y Michael Douglas encarnan a la perfección a la chica de ciudad y al rudo aventurero tras la pista de una esmeralda perdida en la selva colombiana, mientras que Danny DeVito aporta un bienvenido valor cómico como torpe criminal.
En comparación con otras películas de género de los 80 (incluida la siguiente película de Zemeckis, ‘Regreso al futuro’), tiene un aspecto bastante cutre: el tan cacareado “ejército privado” del villano colombiano parece estar formado por unos cinco extras sudorosos vestidos con trajes apolillados. Pero la película destaca por su ingenioso tratamiento de la lucha de sexos entre Turner y Douglas: En el clímax de la película, Kathy despacha al malo sin ayuda mientras el pobre Mike se queda atascado a medio camino de una pared.
‘El lobo solitario y su cachorro: Niño y maestría en alquiler’ (1972)
Cuando Daigoro tiene un año, su padre, Ogami Itto, le da a elegir: la pelota o la espada. Acusado de traición, Ogami debe huir, y si Daigoro elige la pelota, su padre lo asesinará. Sin embargo, si el chico va a por la espada, le llevarán con él en una misión de venganza. Daigoro elige la espada y Ogami lo lleva por todo Japón en un cochecito de bebé fuertemente armado, intentando limpiar el nombre de la familia. Las frentes se abren en rodajas, los pechos se abren en rodajas, las caras se abren en rodajas, las paredes chorrean sangre, los estómagos chorrean sangre y los pechos rocían sangre con la fuerza de una manguera de incendios. Pero de eso se trata: El mundo es una pesadilla de violencia y lo único que podemos hacer es intentar proteger a nuestros hijos de ella. Y solemos fracasar.
Una película de samuráis que sólo termina cuando la última salpicadura de sangre a alta presión cubre la cámara con una capa impenetrable de gore goteante.