MIRA LA RESEÑA DE LA PELÍCULA DEL PRÓXIMO EPISODIO
La amenaza que se cierne sobre las fábricas de coches españolas se llama CAFE y ha llegado a su año clave

6 feb. 2025 10:40h.Compartir
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La normativa CAFE supone una seria amenaza para las fábricas de coches españolas, ya que puede afectar a su producción, si no se venden más coches eléctricos en Europa.
2025 se presenta clave para el devenir de la industria automovilística en España. Una amenaza se cierne sobre las fábricas de coches españolas, se llama CAFE y no tiene nada que ver con la infusión que te tomas por la mañana para desayunar.
El término hace referencia a las siglas en inglés de Clean Air for Europe (CAFE) y se trata de una nueva normativa de la Unión Europea para reducir el tope de la media de emisiones que debe cumplir cada fabricante en el conjunto de coches vendidos.
Esta medida entró en vigor el pasado 1 de enero y sitúa el umbral en los 93,6 gramos por kilómetro, frente a los 115,1 gramos de antes. Un listón muy exigente que obligará a muchas compañías a sudar la gota gorda para cumplirlo.
Para ello, tendrán que recurrir a diferentes métodos, como aumentar las ventas de vehículos enchufables, sobre todo, eléctricos. Y aquí es donde empiezan los problemas para las fábricas de coches españolas.
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Multas milmillonarias a quienes no cumplan con la norma CAFE

Las marcas que rebasen el límite de emisiones se enfrentarán a duras sanciones de la Unión Europea: nada menos que 95 euros por cada gramo excedido y por cada coche vendido. Esto puede suponer multas de varios miles de millones de euros y las cuentas de los fabricantes no están para tirar cohetes.
Ante este panorama, las marcas que venden coches eléctricos únicamente o aquellas que matriculan mayoritariamente vehículos enchufables (eléctricos y PHEV) pueden estar tranquilas, pero el resto no.
La realidad es que va a ser imposible cumplir con esos 93,6 gramos de CO2 por kilómetro que quiere Bruselas, por una cuestión muy sencilla: en 2024 se vendieron 1.447.934 vehículos eléctricos, lo que significa una cuota de mercado del 13,6%. Por su parte, los PHEV representaron el 7,1% del mercado.
Por tanto, la cuota de mercado, sumando eléctricos e híbridos enchufables, fue del 20,7%, un porcentaje muy inferior a las expectativas de la industria del automóvil y, particularmente, de las autoridades europeas. Y es insuficiente para compensar las ventas de coches de combustión.
Algunos informes estiman que, para cumplir el baremo de emisiones de la normativa CAFE, será necesario alcanzar una cuota de mercado del 28% sólo de eléctricos y, al menos, del 8% de híbridos enchufables. Es decir, alrededor del 36% entre ambas tecnologías de propulsión.
¿Qué pueden hacer los fabricantes?

Ante esta situación, los fabricantes están obligados a vender más coches eléctricos, si no quieren pagar elevadas multas por exceso de emisiones. Pero no será fácil, porque venimos de un 2024 en el que se ha producido una desaceleración de las ventas de eléctricos y 2025 se presenta cargado de incertidumbre.
En España, concretamente, el año no ha empezado mal, según hemos conocido esta semana los datos de matriculaciones que han facilitado las patronales del sector. En enero se entregaron 5.159 vehículos eléctricos, un aumento del 48,7% con respecto a enero de 2024.
Por otro lado, los vehículos híbridos enchufables registraron un incremento del 14,5%, con un total de 5.243 entregas. Esto supone un aumento del 28,9% en las matriculaciones de eléctricos y PHEV con respecto al mismo mes del año pasado.
Sin embargo, aunque estos números puedan parecer positivos, la realidad es que el mercado de vehículos electrificados en España sigue siendo bajo: un 14,2% del mercado general. Mientras, en Europa la cuota de mercado de vehículos enchufables (híbridos y eléctricos) superó el 20% en enero.
Este 20% es insuficiente. Como hemos dicho arriba, hace falta llegar al 36%, aproximadamente, para evitar las sanciones de Bruselas. Pero, si las marcas no aumentan las ventas de eléctricos, también pueden vender menos coches de combustión.
La amenaza que se cierne sobre las fábricas de coches españolas

Es decir, las marcas pueden vender más eléctricos o vender menos coches de combustión. En principio, la intención es hacer lo primero, ya que toda la industria ha hecho un esfuerzo notable en los últimos años para poner vehículos de batería en el mercado.
Es verdad que muchas compañías han modificado sus planes iniciales, retrasando la fecha de conversión en marca 100% eléctrica, pero eso no significa que los lanzamientos programados a corto plazo se cancelen.
Sin ir más lejos, este año veremos la llegada de varios modelos eléctricos de precio relativamente asequible, como el Fiat Grande Panda E, que ya está a la venta desde 25.450 euros, el Hyundai Inster o el Skoda Epiq, entre otros.
Pero, si el ritmo de ventas no alcanza la velocidad deseada para cumplir con la normativa CAFE, entonces las marcas se verán obligadas a vender menos vehículos de combustión y esto podría ser un problema para las fábricas de coches españolas.
Estas plantas fabrican, principalmente, vehículos de combustión y, si se reducen las ventas, habrá que disminuir también la producción. En fin, la normativa CAFE representa una nueva amenaza para nuestras fábricas y, concretamente, para miles de trabajadores.