MIRA LA RESEÑA DE LA PELÍCULA DEL PRÓXIMO EPISODIO
He probado el Mazda CX-80 Skyactiv-D y aunque sea impopular para algunos coches el motor diésel sigue siendo mejor que el híbrido gasolina



29 ene. 2025 9:55h.Compartir
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254 caballos, cinco metros y hasta siete plazas por 60.000 euros en un SUV japonés que va por libre a la hora de decidir qué motor es el mejor
Que Mazda vaya por un camino cuando la industria del automóvil en su mayoría viaja por otro no es algo nuevo. Ya pasó hace unos años cuando se puso de moda el downsizing, esa tendencia de construir motores de combustión con cilindradas cada vez más bajas y ellos lanzaban bloques de 2,0 o 2,2 litros. Pues bien ahora vuelven a ir por libre.
Y lo hacen porque casi nadie en 2025 dedica recursos de tiempo y dinero a desarrollar nuevas mecánicas de combustión… ¡y mucho menos diésel! Esa es justo al combinación elegida para mover a este Mazda CX-80, un SUV de cinco metros de largo que te permite viajar con hasta siete personas. Eso sí, no renuncia la hibridación gracias a una batería de 48 V y a un pequeño motor eléctrico de 17 caballos.

Se asocia al verdadero corazón de este japonés, un propulsor turbodiésel de ni más ni menos que 3,3 litros litros de cilindrada. Esto es realmente difícil de ver en un coche nuevo hoy en día, incluso en poderosos superdeportivos. Pero Mazda no se corta, llega a ese cubicaje y lo combina con un turbocompresor de geometría variable y 254 caballos de potencia sabedor de que debe mover un modelo que declara 2.131 kilos en báscula.
Eso sin tener en cuenta el peso extra de sus ocupantes, por lo que en condiciones de viaje con cinco personas lo normal es que se acerque a los 2.500 kilos de peso… que todavía puede aumentar gracias un casi interminable maletero cuya capacidad con cinco asientos colocados oscila entre 687 566 litros según la regulación de los asientos traseros.
Me pongo en marcha y sorprende su aceleración
Pues bien, basta una aceleración a fondo, por ejemplo al incorporarse a una autovía, para darte cuenta de que bajo el pedal derecho siempre vas a tener la fuerza necesaria. Hasta me sorprende como te pega el asiento si hundes el pie en el pedal derecho, ayudado también por un cambio automático de relaciones cortas y ocho velocidades que se puede manejar a través de una palanca secuencial (algo dura) o desde las levas que incorpora en el volante.
Juegan aquí un papel crucial sus 550 Nm de par máximo, que le permiten aclarar y recuperar en caso de adelantamiento transmitiendo sensación de confianza en todo momento. Por motor, este CX-80 va sobrado y lo mejor de todo es que deja el consumo durante la prueba en el entorno de los 6,5 l/100 km, una cifra muy apreciable, que cada vez cuesta más ver en estos tamaños y que, sobre todo, hace más recomendable este híbrido diésel que un híbrido gasolina.

Hibridación muy ligera, eso sí, pero que le permite disfrutar en el parabrisas de la Etiqueta Eco de la DGT con sus consiguientes ventajas. Otras ventajas residen en un interior con espacio más que de sobra para cinco ocupantes, tanto a nivel de cotas de habitabilidad como de maletero. Disponer de una distancia entre ejes que supera los tres metros se nota y se siente, con independencia de la plaza en que vas sentado.
Según el acabado (y las opciones con coste que elijas) puede disponer diferentes configuraciones, desde cinco plazas con la segunda fila de una sola banqueta a siete plazas individuales con dos butacas que emergen del suelo del maletero. En este último caso mejor que en la tercera fila viajen personas de menos de 1,5 metros de altura y el volumen de carga, como es lógico se recuerda y se queda en 258 litros.
Sus rivales están entre los más selectos alemanes
Es un coche grande, comparable con los Volvo XC90 o incluso Audi Q7 (más barato) en tamaño, aunque en calidad de acabados no llega a los niveles de esos modelos alemanes que dominan el segmento premium. Las terminaciones de este CX-80 son correctos, abusa menos del plástico que otros coches japoneses y el cuadro de mandos o pantallas tienen un aire menos moderno del habitual. También son menos digitales.
Por ejemplo, la pantalla de 12,3 pulgadas que sirve para todas las funciones de infoentretenimiento se queda pequeña y los gráficos en el entorno del sistema de Mazda son en blanco y negro. Son en color, eso sí, si vinculas el teléfono y utilizas Android Auto o Apple Car Play. En esos modos, además, la pantallas es táctil. Si se agradecen en la consola central unos botones de acceso directo al menú principal.
En cualquier caso, estamos ante un coche hecho por y por encima de todo para viajar. Por espacio, por el rendimiento se motor, por los bajos consumos y por el confort de marcha que destila en todo momento.

Precio del Mazda CX-80
Obviamente sus dimensiones y peso se notan si avivas el ritmo en curva en forma de balanceos de la carrocería, pero en el resto de circunstancias filtra muy bien y el habitáculo se encuentra realmente bien aislado. Transmite sensación de ser en este sentido un coche de los que se pueden meter en la gama alta.
Poco más de 60.000 euros cuesta este Mazda CX-60 en su nivel básico, que ya cuenta con un nivel de equipamiento bastante completo. Es un precio muy competitivo y que le deja sin rivales en este tamaño y nivel de calidad, pues sus alternativas alemanas resultan bastante más caras. Eso sí, este precio plantea una duda dentro de la marca, porque es menos de 9.000 euros más caro que un CX-60… ¿merece la pena entonces el pequeño? El tamaño de tu garaje lo puede decidir.