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Los secretos de Augustobriga, la ciudad romana de Cáceres sumergida bajo las aguas

Se ubicada en la actual provincia de Cáceres, en la localidad de Talavera la Vieja, hasta que en 1963 quedó sumergida bajo las aguas del embalse de Valdecañas.

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Eduardo G. Martínez (Colaborador de idealista news)

5 Septiembre 2024, 6:01

Cáceres es una provincia que destaca por su vasto patrimonio histórico, un legado único que la convierte en el escenario ideal para rodar series ambientadas en el mundo medieval, como ‘La Casa del Dragón’ o ‘Juego de Tronos’. Pero, además, destaca por el relevante papel que tuvo en la antigua Roma.

Por ello, en la provincia de Cáceres se pueden encontrar multitud de restos y ruinas romanas que dan testimonio de su pasado. Lugares idílicos para los amantes de la historia que invitan a descubrir los secretos de la región. Una de las ciudades romanas de Cáceres es Augustobriga, que alcanzó el estatus de ciudad en el 33-34 a. C. , probablemente, gracias a Octavio Augusto, fundador del Imperio romano y primer emperador de Roma. 

Historia de Augustobriga, ciudad romana en Cáceres

Se cree que antes de caer bajo el dominio romano, Augustobriga fue una pequeña comunidad vetona, un etnónimo utilizado por los historiadores griegos y romanos para referirse al conjunto de pueblos prerromanos de cultura celta que habitaban en la parte occidental de la Península Ibérica.

Probablemente, gracias a la intervención de Octavio Augusto, la ciudad alcanzó el estatus de ‘civitas stipendiaria’, un título que alude a su subordinación a Roma y que se refleja en el nuevo nombre que adoptó en honor al emperador, como menciona Plinio en su Historia Natural.

Se situaba en lo que hoy es la provincia de Cáceres, en la localidad de Talavera la Vieja, sumergida bajo el embalse de Valdecañas en 1963. Originalmente levantada a orillas del río Tajo, su historia está vinculada a la Lusitania romana, erigiéndose como un importante ‘municipium’ en el siglo III d.C., tal y como se menciona en el Itinerario Antonino, un documento de la Roma antigua en el que aparecen recopiladas las rutas del Imperio romano. Augustobriga formaba parte de la calzada que conectaba Augusta Emerita, Mérida, con Caesarobriga, Talavera de la Reina.

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La ciudad de Augustobriga estaba fortificada por murallas y contaba con un foro central, rodeado de edificios administrativos y religiosos. Además, disponía de un acueducto y un sistema de canales subterráneos que distribuían el agua desde un depósito, así como termas y una calzada romana cuyos restos aún pueden encontrarse cerca del Castillo de Alija, en el municipio de Peraleda de San Román. Fue declarada Bien de Interés Cultural en 1931, y los restos que se conservan en la actualidad en día permiten vislumbrar el esplendor de la ciudad en su época romana.

Augustobriga, además de su importancia en la época romana, además ha revelado huellas arqueológicas que se remontan a tiempos mucho más antiguos. Se han hecho hallazgos que sugieren la presencia de una necrópolis de estética oriental del siglo VII a.C. También se han encontrado los vestigios de la cultura vetona anteriormente mencionados, entre los que destacan los característicos verracos.

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Debido a sus monumentos romanos, Augustobriga fue estudiada desde el siglo XVI. Sin embargo, su historia quedó parcialmente sepultada bajo las aguas del embalse de Valdecañas, limitando la posibilidad de nuevas investigaciones y dejando muchos de sus secretos en manos del destino y de las fluctuaciones del nivel del agua.

Tras la construcción del embalse, fueron trasladados a un cerro cercano, en el término municipal de Bohonal de Ibor, los restos más importantes de la ciudad romana de Augustobriga. Actualmente, se pueden ver junto a la carretera que une Navalmoral de la Mata con Guadalupe.

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‘Los Mármoles’, un templo romano singular en Cáceres

Entre las ruinas de este asentamiento romano, destacan los restos conocidos popularmente como ‘Los Mármoles’ (aunque está construido con granito), del siglo II y que, además, sirvieron de modelo para reconstruir el templo de Diana de Mérida. 

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Forman el pórtico o fachada principal de ‘Los Mármoles’ cuatro columnas delanteras y dos laterales en las que descansa el arquitrabe y, sobre este, un arco de medio punto. También se trasladaron tres fragmentos de columnas del Templo de la Cilla.

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Lo que hace singular a este templo, algo inusual en la arquitectura de templos romanos y aún más raro en el imperio occidental, es el arco que se encuentra en el lugar donde normalmente estaría el tímpano del frontón. Este tipo de arco tiene sus raíces en la arquitectura oriental, específicamente en Alejandría o Siria, y es un claro ejemplo del carácter orientalizante que caracterizó a Augustobriga, que históricamente mantuvo numerosos contactos con la parte oriental del Imperio, lo que refleja esa influencia en este detalle arquitectónico. 

Los expertos no tienen la certeza de si este arco funcionaba simplemente como un arco de descarga, posiblemente tapiado y cubierto, o si tenía un propósito decorativo o estructural visible, quizás permitiendo la entrada de luz a través de un tragaluz que iluminara la cella.